31 agosto 2014

¿Por dónde empezar a buscar el primer trabajo?



La entrada al mercado laboral es, en la actualidad, un proceso complicado. Las cifras de paro del 24,47% en España propician que, para cualquier vacante, se presenten decenas de candidatos. Pero en ningún caso hay que desanimarse, las opciones son numerosas: los expertos recomiendan empezar por las redes sociales, entendidas como familia, amigos, vecinos, compañeros de clase…

Un segundo paso es colgar el perfil en redes sociales de búsqueda de empleo como Marketjob.net y en organismos oficiales. Otra opción interesante con las bolsas de trabajo y prácticas que suelen ofrecer las universidades (no olvidar los tablones de anuncios), fundaciones y centros de formación, los colegios profesionales y las asociaciones empresariales. Las grandes empresas también suelen tener secciones en sus páginas web en las que van actualizando periódicamente sus necesidades en diferentes puestos.

Los suplementos dominicales de empleo de los principales periódicos nacionales y regionales –a menudo de color salmón– son otra buena fuente en la que buscar, así como las empresas de trabajo temporal. Una opción cada vez más en auge son los salones de empleo, a los que es interesante acudir con varias copias en papel del currículo para irlas dejando en los stands de las empresas que pudieran cuadrarnos. 

El primer currículo 

Elaborar el primer currículo en este proceso es fundamental: debe cuidarse que sea impecable, sin faltas de ortografía y primando la formación sobre la falta evidente de experiencia laboral, con claridad y sin extenderse. Cada vez ganan más peso los idiomas –aprenderlos es fundamental en un mundo globalizado–, el dominio del entorno digital y las redes sociales y la realización de voluntariado, por lo que se haya realizado en estos campos debe destacarse. La apertura de un blog con opiniones de valor en el ámbito laboral que nos interesa puede ser otro interesante valor diferencial.

Un consejo capital es no mentir jamás ni inventar aptitudes o actividades que ni se poseen ni se han realizado. E incluir una buena foto tamaño carnet en la que se vea toda la cara, sin gafas de sol o pelo que tape los rasgos faciales.

21 agosto 2014

¿Mentimos más a nuestros jefes por la mañana o por la tarde?


Un artículo publicado en la revista Psychological Science y del que se ha hecho eco The Atlantic describe la influencia de las horas del día para los comportamientos éticos. La investigación, liderada por Maryam Kouchaki (Centro de estudio de la ética Edmond J. Safra de la Universidad de Harvard) e Isaac H. Smith (Departamento de gestión, Universidad de Utah) analizaron en cuatro experimentos si mentimos más por la mañana o por la tarde: tanto los alumnos de bachillerato como una muestra de población estadounidense se comporta de manera más ética (sin mentir ni copiar en exámenes) por la mañana.

Este “efecto de moralidad matinal”, denominado así por los autores del trabajo, estaba mediado por la disminución de la conciencia moral y el autocontrol de la tarde. Por otra parte, el efecto de la hora del día en el comportamiento poco ético era más fuerte en las personas con una menor propensión a desvincularse desde el punto de la vista de la moral. Estos resultados, para los investigadores, ponen de relieve que un factor tan simple como generalizado como la hora del día tiene importantes implicaciones para el comportamiento moral.

Tomando esta investigación como punto de partida, otro grupo de investigadores se preguntó si el efecto moral de la mañana puede pasar por alto un elemento ya descrito de la investigación del sueño: que la gente tenga cronotipos específicos. Es decir, que están predispuestos a la sensación de alerta en diferentes momentos del día porque el efecto moral de la mañana, como observaron, no tiene en cuenta la parte de la población –de aproximadamente el 40 por ciento– cuya vitalidad florece según van pasando las horas del día. Estos científicos han realizado un estudio en este sentido, que será publicado también en Psychological Science, y que demuestra que una persona nocturna es aproximadamente tres veces más propensa a comportarse de forma poco ética por la mañana que una persona de hábitos mañaneros.

“Un aspecto importante de esta investigación no es que la gente mañanera tenga más moral, en realidad es la combinación lo que es más importante: la gente a la que le gusta más la mañana es más ética por la mañana, pero la gente a la que le gusta más la noche son más éticos por la noche”, ha explicado Sunita Sah, co-autora del estudio y profesora asistente de ética empresarial en la Universidad de Georgetown, en Washington.

14 agosto 2014

Los directivos prefieren sacrificar su privacidad por una mayor seguridad


Los resultados de una investigación realizada por científicos de la cátedra de Ciencias de la Información y Tecnología de la Universidad Penn State, en colaboración con la Escuela de Negocios de Copenhague, han concluido que las personas con un nivel de empleo más alto están más dispuestos a renunciar a la privacidad si ello les garantiza una mayor seguridad. 

El trabajo, presentado el pasado 16 de julio en el simposio de tecnologías de protección de la intimidad celebrado en Amsterdam, consta de dos experimentos separados, en los que los investigadores examinaron cómo las personas con las asignaciones de trabajo de alto estatus evaluaron la seguridad y la privacidad y la forma impulsiva o paciente en que realizaban la toma de decisiones. 

Los autores del estudio encontraron que los participantes que fueron colocados al azar a cargo de un proyecto tienden a preocuparse más por problemas de seguridad. En un experimento de seguimiento, las personas designadas como supervisores también mostraron una toma de decisiones más paciente, con un enfoque más a largo plazo. 


Directivos más pacientes 

El segundo experimento, para el que se reclutaron 120 participantes, examinó si la paciencia se correlaciona con las tareas de alto estatus directivo. Los investigadores pidieron a los participantes que calcularan cuántos días tardarían en aceptar un premio de un banco si el tamaño de ese premio aumentara con el tiempo. 

Concretamente, se preguntó a los participantes cuánto dinero necesitarían recibir de inmediato para que les fuera indiferente recibir 80 dólares en dos meses. Al igual que en el experimento anterior, los investigadores dividieron el grupo en los supervisores de alto estatus y los trabajadores de baja categoría. 

Los trabajadores de baja categoría eran más impulsivos, ya que estaban dispuestos a sacrificar un 35 por ciento más para recibir el premio en dinero de manera inmediata y no después. Los supervisores, por otro lado, estaban más dispuestos a esperar, una señal de que iban a ser más pacientes en la toma de decisiones con consecuencias a largo plazo como la privacidad y la seguridad.

05 agosto 2014

Buscar profesionales: consejos para entrevistar a un candidato



La entrevista a un candidato es un proceso que no se limita al encuentro cara a cara, ya que los elementos previos y posteriores pueden ser tan importantes como la entrevista en sí.

Previo a la entrevista es fundamental tranquilizar a los entrevistados, porque este tipo de procesos de selección pueden hacer que estén tensos: para romper el hielo, debe darse la bienvenida al candidato y acompañarle al lugar de la entrevista. Los expertos en selección de personal y recursos humanos recomiendan empezar con preguntas triviales y no dejarse llevar por el instinto, porque la primera impresión puede ser equivocada y puede hacer que se descarte a un profesional muy válido.

La entrevista en sí debe centrarse en el puesto vacante, las expectativas y objetivos. Es interesante llevar un cuestionario preparado. Pero también es clave improvisar, porque permite escuchar y ver detenidamente las reacciones del candidato y anotar aquellos aspectos que nos puedan resultar interesantes. 


Escuchar al candidato 

Como se ha comentado, escuchar al candidato es un aspecto a tener en cuenta –los expertos calculan que debemos hablar un 20% del tiempo y escuchar el 80%–, por lo que debe animarse a que él plantee sus cuestiones. El hecho de que no las plantee, especialmente en puestos de responsabilidad, es un indicio de que quizá no es la persona adecuada para el cargo.


Por último, se debe ser extremadamente cuidadoso en lo referente al cumplimiento de la legislación y el tratamiento de los datos de los candidatos. 

Tras la entrevista, debe dejarse claro el plazo de respuesta para que el entrevistado no tenga la sensación de empresa poco seria. No se le debe decir al candidato que ya se le llamará, cuando esa llamada no se va a producir nunca. Y, con todos los datos en la mano y en función de sus anotaciones, sus sensaciones y los perfiles, elija al que considere el mejor y más cualificado.