La investigación “Género,
Autoridad laboral y Depresión”, realizada por la socióloga Tetyana Pudrovska,
de la Universidad de Tejas en Austin, ha confirmado que las mujeres con
responsabilidades en el trabajo tienden a deprimirse más que aquellas que no
las tienen.
En el trabajo, publicado el
pasado mes de noviembre en la revista Journal of Health and Social Behaviour,
se encuestaron a 2.800 voluntarios de mediana edad (1.300 hombres y 1.500
mujeres): utilizando los datos de entre 1957 y 2004 del Estudio
Longitudinal de Wisconsin, se exploró el efecto de la autoridad laboral en 1993
(a los 54 años) en el cambio en los síntomas depresivos entre 1993 y 2004 (65
años) entre los hombres y las mujeres blancas. Paradójicamente, los
hombres con menos responsabilidades indicaron tener más síntomas depresivos que
aquellos con más responsabilidades.
Las comparaciones entre géneros revelan que aunque las mujeres tienen mayor
depresión que los hombres, la desventaja de la mujer en la depresión es
significativamente mayor entre los individuos con autoridad laboral que entre
aquellos que no la tienen.
“Argumentamos que los macro y meso-procesos
de estratificación de género crean lugares de trabajo en los que el ejercicio
de la autoridad laboral expone a las mujeres a los factores estresantes
interpersonales que socavan los beneficios de salud de la autoridad laboral.
Nuestro estudio pone de relieve cómo los significados culturales de las
masculinidades y feminidades atenúan o amplifican los recursos de promoción de
la salud de la ventaja socioeconómica”, ha explicado Pudrovska.
En su opinión, las mujeres se enfrentan
a diario a estereotipos negativos que indican que el liderazgo es una
característica “poco femenina”. El trabajo ha recalcado, además, que cuando
ellas muestran la confianza de sus homólogos varones, son juzgadas
negativamente por sus trabajadores.