Un
estudio reciente, publicado el pasado mes de marzo en The American Sociological
Review y del que se ha hecho eco el New York Times, ha tratado de explicar si
el estrés de los conflictos de la vida laboral pueden ser aliviados si los
empleados tienen más control sobre sus horarios, incluyendo la posibilidad de
trabajar desde casa. Como es esperable, la respuesta es que sí.
En el
estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud y el Centros de Control
y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, participó el departamento de
tecnología de la información de una gran multinacional. Los investigadores
incluyeron a psicólogos, fisiólogos, economistas y académicos expertos en salud
pública.
Como
parte de la investigación, los jefes de departamento recibieron formación para
animarles a que mostraran apoyo a las vidas familiares y personales de los
empleados, señaló Erin Kelly, profesora de sociología en la Universidad de
Minnesota y una de las autoras principales del estudio. A continuación, a los
empleados se les dio mucho más control sobre sus horarios del que tenían con
anterioridad. Ellos “eran libres de trabajar dónde y cuando prefirieran,
siempre que el trabajo se hiciera”, detalló.
Los
resultados fueron que los empleados casi duplicaron la cantidad de tiempo que
trabajaban en casa, alcanzando un promedio de 19,6 horas frente a las 10,2
horas de inicio. El total de horas de trabajo se mantuvieron más o menos al
mismo nivel. Para la profesora Kelly, el hecho de centrarse en los resultados
más que el tiempo pasado en la oficina y la reducción en el número de reuniones
“de poco valor” y otras tareas, ayudó a los empleados a lograr una mayor flexibilidad.
En
comparación con otro grupo que no tenía la misma flexibilidad, los empleados
entrevistados por los investigadores indicaron que se sentían más felices y estaban
menos estresados, tenían más energía y utilizaban su tiempo de manera más
eficaz, añadió Kelly. No se registró ninguna señal de que la calidad del
trabajo mejorara o empeorara con los horarios cambiados, concluyó.
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