07 junio 2014

Coworking: cuando 1+1 suman más que 2


El coworking se impone: esta forma de trabajo colaborativo, que permite a freelances, emprendedores y pymes de distintos sectores compartir el mismo espacio de trabajo, fomenta el impulso a los proyectos personales y a los colectivos. 

Como recuerda Marta G. Navarro, periodista y co-worker, el usuario medio de un coworking es freelance o trabaja en remoto. “Busca un entorno agradable y profesional en el que desempeñar su labor, recibir visitas y celebrar reuniones. Existe la tendencia a confundir el coworking con el trabajo colaborativo e incluso el cooperativismo. Y no, la única implicación formal del coworker con el espacio es la cuota mensual que abona por el uso de las instalaciones. Formalmente sería una implicación similar a la que tenemos con un gimnasio. La diferencia reside en que un coworking se gestiona como una comunidad humana y profesional”. 

Otro aspecto que destaca es que los responsables son, además, facilitadores: ayudan al nuevo coworker a integrarse dándole las claves necesarias y mediante dinámicas internas puntuales como visitas turísticas, almuerzos tematizados... o generando en la distribución espacios de encuentro (office, áreas de descanso, etc). La agenda de un coworking suele incluir eventos profesionales y actividades de networking abiertas al público, que sirven para dar a conocer la actividad del espacio y ampliar la comunidad. 

Para Marta, el beneficio inmediato de trabajar en un coworking reside en tener al alcance de la mano profesionales de distinto perfil, expertos en áreas diversas. “Sin levantarte del puesto obtienes orientación casual e incluso puedes pedir presupuesto en materias como la programación web, la comunicación o la traducción… Tantas como actividades desarrollen el resto de coworkers. En Estados Unidos, donde nace el coworking y hace años que está implantado, los espacios son más o menos caros según lo elevado y especializado que sea el perfil de los usuarios”, recuerda. 

“Las sinergias surgen, inevitablemente, de la propia convivencia. En el seno de workINcompany, espacio coworking pionero en Andalucía donde trabajo, ya ha nacido una empresa de cerveza tradicional, una agencia de comunicación y varias startups tecnológicas, además de un sinfín de colaboraciones. Y es que el trabajar entre autónomos elimina las trabas tradicionales que supondría contratar a un trabajador, además de favorecer una relación basada en el cumplimiento de objetivos y la productividad”, destaca. En su opinión, este nuevo modelo viene a decir que el futuro de las relaciones laborales pasa, entre otras cosas, por la colaboración.

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