Un
trabajo publicado el pasado mes de septiembre en la revista científica Sleep, y del que se hace eco The New
York Times, confirma la necesidad de dormir entre siete y ocho horas para rendir
de forma eficiente en el puesto de trabajo.
La
investigación, realizada en Finlandia analizó, durante un periodo de siete
años, los hábitos de sueño y días de baja en 3.760 personas, 1.875 mujeres y 1.885
hombres. Sus edades rondaban, cuando comenzó el estudio, los 30 y 64 años.
La
principal conclusión es que los días de baja están asociados a los hábitos de
sueño del trabajador: como es obvio, aquellos que no pueden dormir bien (por
insomnio y otros trastornos) fueron los que más días se quedaron en casa y no
pudieron ir a trabajar, especialmente aquellos que duermen cinco horas o menos.
Pero,
paradójicamente, aquellos que durmieron muchas horas de más (al menos 10),
también faltaron muchos días. Ambos grupos no pudieron ir a trabajar entre 5 y
9 días más que los denominados durmientes óptimos, aquellos que descansan entre
siete y ocho horas por noche.
Los
trabajadores que menos faltaron, según la investigación, fueron las mujeres que
durmieron una media de 7 horas y 38 minutos por noche y los hombres que lo
hicieron un poco más: 7horas y 46 minutos.
Las
causas frecuentes más citadas fueron síntomas relacionados con el insomnio,
despertares de madrugada, estar más cansado de día que personas de la misma
edad, uso de pastillas para dormir, sueño excesivo de día, probable apnea del
sueño e informar sobre variaciones en la duración del sueño en las diferentes
estaciones del año.
Los
autores del estudio, del Instituto Finlandés de Salud Ocupacional, el
departamento de Salud Pública de la Universidad de Helsinki y el Instituto
Nacional de Salud y Bienestar, concluyen que es fundamental prevenir las
alteraciones de sueño y promover una duración óptima del descanso nocturno para
prevenir las bajas laborales.
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